En 2005 dos mil indígenas ngöbe, sumidos desde hace años en el silencio y la resignación, marcharon junto a los Agustinos y las misioneras Lauras durante cuatro días para reclamar a voz en grito que la promesa hecha y repetida durante tantos años acerca de la “carretera” de acceso a Llano Ñopo tiene que hacerse de una vez realidad, una carretera que haga honor a su nombre. ¡Qué importante fue aquello para todos!
Y es que estos 40 kilómetros que separan a Llano Ñopo del “mundo civilizado” se vuelven totalmente infranqueables cuando hay que evacuar a cualquier enfermo que consigue llegar hasta el llano desde lo alto de la montaña y que necesita hospitalización urgente. Sólo hay un “transporte público” al día: en la caja trasera de un cuatro por cuatro pick up se improvisan unos asientos en las que hemos llegado a viajar hasta 20 personas. Así durante 6 horas, ¡6 horas para 40 kilómetros! Imaginaos en qué condiciones tiene que bajar un enfermo e imaginaos si ese enfermo no llega a tiempo de agarrar el transporte público…
Pues ésta es la bienvenida que nos espera en la Comarca Ngöbe-Buglé. A cada kilómetro que vamos recorriendo hacia Llano Ñopo entre los botes del camino, los llantos de los bebés, entre el olor y la lluvia vamos tomando conciencia de que aquí, nada se da por supuesto, todo tiene una implicación, todo tiene una larga historia detrás.
Ójala que algún año no tengamos la posibilidad de aprender todo lo que en estos largos y cansados viajes se aprende, ojala que algún año se cumplan las promesas que, a día de hoy, cinco años después de aquellos preciosos días, siguen sin estar cumplidas.